martes, 13 de octubre de 2009

Pensamientos de Madrugada

Era de madrugada cuando desperté de golpe. El sonido de la lluvia rebotaba en mi ventana estrepitosamente.
Estaba nerviosa. Últimamente tenia el mismo sueño una y otra vez. Me veía a mí en la oscuridad sin poder respirar, ahogándome lentamente y viendo como perdía la vida sin poderlo evitar.
La idea de morir me atraía de tal modo que me hacia temblar. ¿Cómo una persona es capaz de quitarse la vida?
Ese pensamiento lo saque inmediatamente de mi cabeza. No podía permitirme pensar algo así. La vida es demasiado valiosa como para desaprovecharla con unos pensamientos de ese tipo.
Pero tengo que decir que a veces he sentido esa tentación, y la muerte ha llamado a mi puerta en más de una ocasión.
Todo el mundo dice que soy fuerte, que soy como un súper héroe que sale ileso de cualquier problema. Pero no es así. Nunca lo ha sido. Quedan secuelas en el interior del alma. En el interior de mi persona quedan rastros de los daños que he sufrido a lo largo de mi vida.
Y tengo que vivir con ello. Tengo que arrastrarme muchas veces porque no soy capaz de levantarme y seguir caminando.

Llevo una temporada vacía, triste. Y no he podido comprender del todo muchas cosas que rondan en mi cabeza. Cosas o sucesos que han pasado y no consigo entender porque.
¿Por qué me dejo de esa manera? ¿Por qué no soy capaz de decir lo que pienso? ¿Por qué no puedo gritar cuando necesito hacerlo? ¿Por qué me dejo manejar por las personas? ¿Por qué no hago lo que realmente quiero? ¿Por qué sigo llorando y no puedo mantener mis lágrimas distantes? ¿Por qué todo lo que quiero esta lejos? ¿Por qué al final la gente se acaba marchando?

Es cierto que las personas vienen y van como cuando entras en una tienda y ves a la gente entrar y salir.
Algunos compran cosas, pero otros solamente observan, comentan y se van.
La vida es parecida. Unas personas entran en tu vida y salen al momento y no las vuelves a ver jamás. Otras compran un recuerdo y te dejan una suculenta propina que a veces es realmente buena y hace que no los puedas olvidar. Pero otros solo dejan restos de heridas que no cicatrizan por mucho que las intentas curar.

Cierro los ojos y le veo. Le veo sentado junto a mí. Le veo acercar su mano a mi cara. Le veo como aproxima sus labios a los míos. Le veo como dulcemente me besa.
Cierro los ojos y nos imagino cogidos de la mano paseando por la caliente arena de la playa. El horizonte parece lejano, igual que el lo esta de mi.
Solo cuando cierro los ojos lo veo cerca, lo siento aquí.
Me tumbo en la cama y dejo que mis manos se deslicen por mi cuerpo y me hagan sentir el placer que solo el podría hacerme sentir.
Me pierdo en mis recuerdos, al igual que me pierdo en sus besos, en sus caricias, en sus susurros…
Pero abro los ojos y no esta aquí. Necesito estar entre sus brazos. Necesito sentirme protegida por el. Necesito tenerle cerca de mí. Pero no esta.
Y mi corazón vuelve a sentirse triste y solo. Y mi alma vuelve a sentirse fría.
Me tumbo muy despacio en mi cama. Cierro los ojos y espero que esta noche, por una vez pueda soñar con el.
Tal vez así, solo así, pueda morir, pero esta vez de placer.