Cierro los ojos como tantas veces hago y dejo que la
creatividad corra por mis venas.
El miedo me invade y me hace pensar en si algún día
terminare algo de verdad.
Son tantas veces las que me siento y comienzo a imaginar una
vida diferente, historias que invaden mi cabeza, sueños que no serán cumplidos
nunca.
Y otras veces pienso en cuantas cosas he conseguido, en
cuantos sueños he cumplido y siento miedo por no tener más sueños que cumplir.
La vida a veces se siente vacía, fría. Lejos de todo, de
todos, esta una mente brillante, enigmática. Y no le saco provecho, la dejo
vagar de un lado a otro y me pierdo en mis divagaciones.
Cierro los ojos y me veo a mi misma frente a un espejo. Pero
esta vez con diferencia de otras veces me veo a mí. Me veo de pies a cabeza y
me siento feliz por mirar por una vez lo que ven mis ojos.
Los sueños no siempre son solo sueños, son algo más, son lo
que algún día queremos llegar a obtener de la vida, lo que nos gustaría
disfrutar y vivir con toda la intensidad que se pueda, aunque solo sea un
instante.
Cuantas veces me he sentado en mi silla, frente a la
ventana, y me he puesto a imaginar como seria la vida a través de otros ojos
que no fueran los míos. Y empecé a escribir sobre eso. Sobre la vida que se
pudiera ver a través de otros ojos, a través de otro corazón.
En este blog hay mucho de eso, la mayoría de las cosas ni si
quiera me pasan a mí, imagino y pienso que puede pasarle a cualquier persona. Y
muchas veces acierto.
Cuando busco consuelo en algunas palabras vuelvo a el y me
pongo a releerlo una y otra vez. Y me he dado cuenta de que no me canso de leer
mis palabras.
¿Y si a alguien le pasara lo mismo? ¿Y si escribiera un
libro y alguien encontrara el consuelo que yo encuentro en los míos?
Cuando abro un libro espero encontrar una buena historia,
pero lo que mas espero con tanto ansia es que esa historia deje que mi cabeza
pueda soñar y volar bien alto, para que durante muchos minutos no piense en
nada mas.
Christopher Paolini consiguió eso de mí. Nunca pensé que me leería
un libro de dragones, guerras, imperios y magia. Nunca pensé que una historia así
pudiera enamorarme hasta la última palabra.
Siempre queriendo más, siempre esperando más. Y al final
encontrarlo.
Le he conocido. Le he hablado. Le he deseado mucha suerte y
he podido observarlo bien de cerca. Me siento feliz por ello. Pero a la vez me
siento triste por la envidia que sentí al verlo ahí sentado firmando libros,
pensando “ojala a mi me pasara eso también”. Siempre queremos lo que no
tenemos, pero ¿que pasa cuando lo llegas a conseguir?
Espero que la inspiración nunca me abandone, que mi cabeza
siga volando e imaginando mil y una historias. Que mis dedos sean capaces de
escribir sin parar, y sepan transmitir mis palabras y pensamientos a través de
las letras.
Todos tenemos sueños, ¿Por qué no hacerlos realidad?
