lunes, 13 de agosto de 2012

¿Como curar un corazón roto?

   


Últimamente no dejo de escuchar historias tristes de amor, historias que te rompen el corazón una y otra vez, amores que se van, ojos que no dejan de llorar, almas desconsoladas y solas, personas que juran que no volverán a amar nunca mas, o que no encontraran nada mejor en el mundo que lo que han perdido.
Y me hace pensar muchas cosas. ¿Cómo poder curar un corazón roto?
Yo nunca he podido curar el mío, le pongo tiritas y espero que aguante todo lo que pueda. Y cuando encuentras una medicina a largo plazo como es el que te quiera alguien nuevo en tu vida, entonces comienzas a sentir que se va recuperando, hasta que te lo vuelven a romper o inesperadamente es curado completamente y así por siempre.

La primera vez que me rompieron el corazón estaba en el instituto. El chico que me gustaba en mi primer año lo tenía en un pedestal hasta que descubrí que era un gilipollas integral. Entonces mi corazón se rompió, sentí lo que era el desamor, el rechazo y jure que no amaría nunca más a nadie.
Pero apareció la excepción que confirma que existen las esperanzas, que hay fe donde no creemos encontrarla y ahí estaba él en medio del pasillo, sujetando su carpeta y su estuche, vestido con su sudadera azul con capucha y sus ojos, esos ojos que después pasaron a segundo lugar cuando descubrí esa sonrisa.
El viento me susurraba su nombre cada día. Descubrí que merecía la pena levantarse cada mañana e ir a clase a reencontrarme con el. El momento del recreo era el más maravilloso de todos, y cuando nuestras miradas y sonrisas se cruzaban, el mundo dejaba de existir para mí.
No había tristezas, no había maldad.
Su sonrisa era la mejor de las caricias o besos que algún otro chico pudiera darme. Me hacia vibrar, sentir el verdadero amor dentro de mi.
Cada día era mejor que el anterior, hice todo lo posible que se puede hacer para que alguien no te olvide pase los años que pase.
Poemas en su pupitre cada día, rosas blancas en nombre a su apellido, una carta de despedida y de agradecimiento por existir y ser como era.
Y después de todos los años pasados, cuando alguien me cuenta su triste historia, yo me pongo a recordar la mas maravillosa de las mías.

Siempre hay fe, siempre hay esperanza y cuando no la encontramos por ninguna parte, tenemos que crearla nosotros.
Cuando un corazón se rompe los ángeles lloran, el alma se desgasta y los ojos se rompen en millones de lagrimas, pero cuando volvemos a enamorarnos todo eso deja de existir, y lo cambiamos por felicidad, alegría, risas, y recuerdos para no olvidar.
Hay que saber curarse, hay que ser fuerte, y pensar que siempre hay alguien destinado a nosotros y que no lo perderemos nunca, ni aunque hayamos muerto.
Yo siempre pienso que cuando un amor se va, es porque no estábamos destinados a estar juntos y así mejor, porque le doy oportunidad a que mi destino me lleve con quien mi corazón debe de estar por siempre.

Recuerdo esos poemas, esas miradas, esas sonrisas, esos “hola” de cada mañana, recuerdo su voz, recuerdo su presencia y estoy agradecida de guardar esos recuerdos dentro de mi, y que cuando salen otra vez afuera me hagan sentir feliz.