miércoles, 25 de diciembre de 2013

Creo en que todo puede cambiar





Hoy me han preguntado una y otra vez que me han regalado en navidad, y mi respuesta una y otra vez ha sido que nada. Pero pensándolo detenidamente, miro a mí alrededor y veo que no es nada lo que tengo, si no, que es mucho lo que me han dado. Tengo una familia que vale millones y que no cambio por ningún otro regalo. Soy afortunada porque tengo una casa en la que vivir. Un techo bajo el que dormir. Aun puedo presumir de tener electricidad, gas y agua en mi casa. Y el lujo de tener algo de comida en la nevera.
Ya no digamos lo feliz que me sentí en nochebuena porque llevo un año esperando a comer langostinos. Y es curioso que la gente se sorprenda de esto porque en navidad los precios de los alimentos se disparan como si lo de comer fuera un lujo.
Y así a veces siento. Al menos en el momento que se que me puedo permitir y dar gracias por poder comerme un langostino en navidad.

Entonces te levantas en la mañana del 25 de diciembre y miras a tu alrededor, descubres que todo sigue igual que siempre. Que nada ha cambiado. Que no se coló un tío gordo en un traje rojo por tu chimenea imaginaria, ya que no tienes en tu pisito de Madrid, y que no hay paquetes envueltos en papel de regalo bajo el árbol de navidad que un año mas no te dejaron poner en casa, porque simplemente ya ni tenemos de eso.
Y sientes que te da igual, porque eres realmente afortunado de tener todo lo que tienes. De poder disfrutar un día mas de lo poco o mucho que te ha dado la vida. De mirar a tus seres queridos y sentir que la familia es el único regalo que siempre quieres tener contigo.

Entonces te empiezas a cabrear. A cabrearte con la navidad. A cabrearte con este país de mierda. A cabrearte con los políticos corruptos e hijos de puta que estarán sentados en sus salones al calor de sus chimeneas o de sus radiadores, porque ellos si se lo pueden permitir el encender la calefacción. Y les visualizas cebándose a pavo, langosta, caviar y mil manjares mas que han pagado con mi dinero, con el de mi abuela, con el de mi hermano, con el mi hermana, con el de cualquier amigo o vecino. Con esas personas que no tienen ni para una barra de pan y aun así tienen que pagar impuestos o rescates a bancos que no valen para nada más que para robarnos una y otra vez.
Y me cabreo. Me cabreo y me hierve la sangre. Y se que al político de turno eso le dará igual, porque vive feliz en su mansión o castillo. Porque a su casa no le llegan los problemas. Porque su familia hoy puede comer y beber hasta hartarse. Porque sus hijos estarán abriendo mil y un regalos que no se merecen, y porque viven con la conciencia bien tranquila ya que son así de mala gente.

Y tras cabrearme, respiro hondo y pienso que podemos hacer algo para cambiar todo esto. La gente no sabe el que. Andan perdidos de un lugar a otro. Nadie decide en unir fuerzas e ideas, unos dicen una cosa, otros dicen otra, pero nadie se pone de acuerdo en este país. Cada vez estamos mas divididos, más separados. Cada vez estamos perdiendo más la ilusión y la esperanza de que esto pueda cambiar. Yo lo veo. Lo observo en mi barrio, en mi ciudad, en mi país. Lo observo cada día. Ya nadie es patriótico, ya nadie cree que nos podamos salvar y que todo cambiara. La esperanza se va esfumando así como un día se esfumara la navidad, el año nuevo y las uvas que algunos no nos podremos ni comprar.

Quiero luchar. Quiero coger y salir a la calle, pero no un día ni dos, si no todos. Quiero que hagamos ruido, quiero hacerles temblar de verdad así como tiemblan de frío las millones de familias en este país que no tienen para pagar la factura del gas. Quiero que sientan miedo, igual que lo sienten las millones de personas en este país que duermen en la calle y no tienen un techo bajo el que sentirse a salvo de cualquier peligro. Quiero que sufran el mismo dolor que sufren las millones de personas que en este país sufren por no poder pagarse o adquirir los medicamentos para enfermedades que nadie puede curar. Y quiero que sientan tristeza al perder todo y cada una de las cosas que tienen, al igual que lo han perdido millones de trabajadores en este país al quedarse sin sueños, futuros ni trabajo.

Quiero gritar y ser escuchada. Quiero que alcemos todos la voz y que seamos oídos por esa panda de hijos de putas que dicen llamarse políticos.

Y hacer del 2014 un año de esperanza, un año de soluciones, un año de victorias. Un año en el que todos y cada uno de los habitantes de este país sean héroes. Necesitamos héroes. Y esos, somos todos y cada uno de nosotros. Solo hace falta creer en ello. Así que le pido a dios, al cielo y todas las estrellas que viven en este país que crean en ello y luchen.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Cumpleaños y 100 posts !!





Mi día comenzó siendo un “Losing my religión” y acabo con un "Knockin' on Heaven's Door”.  He dormido nada y menos, he paseado por la preciosa ciudad de Belfast arriba y abajo mientras el agua caía sobre mi cabeza y el viento golpeaba mi cara. Me he congelado de frio, pero también entre en calor gracias a un chocolate bien calentito con algo de wisky irlandés, me han cantado en medio de una plaza el cumpleaños feliz un grupo de gente que no conocía de nada, pero que me han hecho sonreír. He regresado a Dublín a media tarde, he cenado como dios manda y termine mi día de una sola manera, como solo yo sé, rodeada de música. He estado en diferentes conciertos, uno rodeada de mucha gente, otro en la calle y al terminar uno en mi propio hotel. Este último ha sido bastante especial porque aparte de que casualmente me haya dedicado el propio cantante una canción sin conocerme de nada y sin saber que hoy era mi cumpleaños, ha ido a tocar casualmente “knockin on heavens door”. Y porque es tan especial esta canción? Por varias razones. Una, porque la toca mi hermano desde que yo recuerdo que sabe tocar una guitarra, dos, porque el tipo que la ha tocado hoy casi era como mi padre, o prácticamente mi padre, y eso me ha emocionado mucho y más en una noche como esta en la que aun espero que me llame para felicitarme, pero en la que se que esta noche no llamara, ni mañana tampoco, que eso no será posible, y me ha emocionado, ha sido raro, pero era como si estuviera ahí. Y el tercer motivo de porque esta canción y no otra, es porque me la sé de memoria y la he podido cantar jajajaja.

Hay momentos en la vida en que uno se plantea muchas cosas. Yo no sé porque hoy no me he planteado nada, sino más bien he sentido como si mi día fuera de lo más normal, y esto es lo que hiciera siempre. Aquí, en Dublín me siento como en casa. Es extraño porque ni vivo en una ciudad como esta, ni tengo ni idea de las costumbres irlandesas, ni se mucho de su historia, y ni mucho menos tengo familia aquí ni descendemos que yo sepa de los celtas, pero sea como sea aquí me siento feliz.
Solo he notado la ausencia en una cosa, que mi familia no estaba aquí. Eso y que mi padre como un año mas no me ha llamado en mi cumpleaños. Otros años siempre llama días después, aunque el pasado año tuve suerte y me escribió un bonito mensaje. Recuerdo que decía que me quería mucho y que era su hija favorita (claro que esto también se lo decía a mi hermana así que…) pero pese a ello, me emocionaba mucho que se acordara de mí y me escribiera esas cosas tan bonitas. Hoy sentí como estaba a mi lado. Al escuchar la canción de “knokin on heaven doors” me he emocionado y he rezado porque mis padres estuvieran aquí.
He echado en falta a mis hermanos. No puedo escribir sobre mi día especial si no hablo de ellos. Pero es la verdad. Los eche de menos y aunque esperaba que mi cumpleaños fuera a su lado y más después de este año tan triste, no ha sido así. Pero sé que un año más están a mi lado este donde este yo o estén donde estén ellos. Sigo diciendo y no me canso que soy como soy gracias a la familia que tengo. Son mi mayor tesoro y hoy puedo decir que soy rica. Que no necesito nada más para ser feliz.
Hablaría esta noche sin parar de mi familia. Pero también debo dejar sitio para mis amigos. Hoy no daré nombres. Hoy no iré uno por uno agradeciendo cada cosa que hacen por mí. Solo diré que gracias. Gracias por ser como sois conmigo. Gracias por estar ahí. Gracias por formar parte de mi vida y dejar que yo forme parte de la vuestra. Gracias por hacerme muchas veces reír, y por otras soportar mis lágrimas. Gracias por quererme y aceptarme. Y gracias por esos momentos inolvidables.

Hoy estoy en Dublín. Estoy escribiendo en la habitación de hotel mi post 100. El último de una etapa. El primero de una nueva. No se hacia donde caminare. O que será de mi mañana. No sé si quiera si lo que hago está bien o está mal. No sé si posiblemente me equivoque al pensar como pienso ahora, al hacer las cosas como quiero hacer, pero lo que si se es que esta noche me acuesto un poco más vieja, pero también un poco más sabia.
Espero y deseo que cada día de mi vida que hoy comienza sea un día para recordar. Sea lleno de más momentos felices que tristes y más cosas buenas que malas. Que cada día este siempre rodeada de buena gente. Que por fin haya aprendido a cerrar puertas innecesarias y abrir otras nuevas y más valiosas. Y sonreírle a la vida un año más.
No estoy muy inspirada hoy. Es raro, pero es verdad. Solo tengo ganas de dormir, de descansar, y de que llegue mañana. De seguir disfrutando de esta preciosa ciudad. Y de ir recopilando mas y mas recuerdos para recordar.  Porque hoy no estoy triste, y eso lo tengo que disfrutar. Mañana la vida dictara que hacemos o que nos pasara.
Cerré los ojos con fuerza, pensé en algo que quería con toda mi alma. Me concentre en ello y solo en ello, y sople las velas de mi cumpleaños. Y no hay nada en el mundo que mas quiera que un año más mi deseo se haga realidad y que mis ojos lo vean.  Y sé que lo veré. Confío ciegamente en que así será.
Ya no hay deseos de cosas imposibles, ni sueños irreales. Ya no espero que mañana aparezca por la puerta mi madre, y correr a sus brazos como una loca. Pero sí que es verdad que en el fondo de mi corazón una parte de mi lo desea con todas sus fuerzas. No tener a la persona que mas quieres en el mundo es aterrador, pero sin saber cómo ni por qué sacas fuerzas y sigues viviendo.
Hoy es mi cumpleaños. Quiero a mi madre. Quiero a mi padre. Quiero a mi hermano. Quiero a mi hermana y quiero a mi abuela. Son mi familia. Son lo que tengo estén o no estén aquí ya. Y hoy cumplo años. He pasado el día de un lado para otro. Y lo he acabado rodeada de buena música y cantando. Y he sentido como mis manos tocaban las puertas del cielo. Confío y deseo que este sea un grandísimo año.  Y lo será.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Aun sigo en pie




Amanecer  veo desde la terminal del aeropuerto. A nada estoy de unas horas en que mi día especial del año llega. Por fin, tras esperar meses y meses llega mi día, el único donde me permito ser egoísta, el único en el que me permito ser feliz. Esa felicidad que a veces rozo con los dedos pero que no llego a tocar del todo. Ese momento tan especial en el que todo ser humano se siente dichoso, completo, radiante, feliz.
Estoy a unas horas del penúltimo día del penúltimo mes del año. 29 de noviembre. Y solo pienso una cosa, comenzar a vivir.
Me espera un tiempo duro, lo sé, me espera un momento de lucha, de riesgos, de elecciones duras que determinaran mi camino en la vida, y dirán la persona que soy o que quiero ser. Me esperan vivencias que en un determinado momento de la vida has de querer vivir, de hacer, de realizar, y de esforzarte por conseguirlo. Y estoy ansiosa, no lo voy a negar, ansiosa de poder vivir un nuevo camino, una nueva vida.
Hoy escribo mi post 99. Ya son muchos post que he escrito, muchos meses y varios años que he recogido en mi blog. Son tantas cosas las que he vivido. Tantas experiencias que he compartido, tanto dolor, tanta sabiduría, o tantos pensamientos. Un rinconcito a la  inspiración lo llamo yo. Y quiero que a partir de ahora ese rinconcito sirva también para los demás. Un lugar donde uno se pueda sentir a gusto, donde uno encuentro consuelo en mis palabras, fuerza, o animo.
Llevo muchos años a lo largo de mi vida embadurnándome en mi dolor. Bañándome cada día con ello. Sintiéndome rodeada de penas y tristezas. Llevo años haciéndolo cada día, y no me he sentido culpable ni mal por ello, pero llega un momento en la vida en la que te cansas y te das cuenta de que así no vas a ninguna parte. Sé muy bien que no habrá ni un solo día que piense en mi madre y ahora en mi padre también. Sé que cada paso que dé o cada cosa que haga pensaré en ellos, seguirán estando ahí para mí. Que la pena y el dolor que siento no se marcharan nunca, que siempre seguirá ahí. Que son vacios que serán imposibles de llenar, pero también son vacios que pueden dejar de pesar. Sé que puedo seguir caminando. Sé que puedo mirar atrás y sentir orgullo por lo que he tenido, por lo que son para mí, por la fuerza que me dan. Y por cuanto les quiero.
Porque soy quien soy por ellos. Porque cada día que pasa quiero parecerme un poquito más a lo que me han dejado como legado. Quiero vivir la vida como la vivieron. Quiero hacer grandes cosas y sentirme feliz por ello. Quiero luchar por un mundo mejor. Quiero alzar mi voz y ser escuchada. Quiero seguir ahí para mi familia y amigos. Quiero saber perdonar y no guardar rencor, porque sé que eso no sirve de nada. Quiero cerrar viejas puertas que solo me causan dolor para abrir otras nuevas que me traigan cosas buenas, momentos para recordar, vivencias de felicidad.
Quiero cerrar los ojos y seguir soñando. Quiero vivir cada día como si fuera el último. Quiero tocar el cielo una vez más con mis manos. Quiero saltar, reír, cantar, gritar y ser una loca más por el mundo. Quiero seguir escribiendo en mi blog un día más, y que esta vez sean solo cosas buenas, cosas que me pasen, cosas que veo. Luchar. Luchar con la palabra, luchar con el corazón. Hacer de este mundo algo mejor.  Y ser feliz. Quiero ser feliz con mi gente. Con ellos que una vez más antes las adversidades me han demostrado que no estoy sola, que están ahí. Que me quieren, que son parte de mi igual que yo de ellos. Que dicen que soy su ángel y hacer de ello una realidad.
Y mi familia… quiero ver crecer a mi familia. Quiero ver que por fin las cosas nos salen bien. Que hay luz en nuestras vidas. Que podemos sonreír un día más, y que pase lo que pase sepamos que nos tenemos los unos a los otros como siempre ha sido así.
Quiero escuchar a mi hermano cantar un día, una semana, un mes, un año más. Quiero estar a su lado. Quiero formar parte de su sueño. Quiero plasmar en mis fotografías cada momento o recuerdo de noche tras noche en un escenario. Quiero ser parte de ello y ayudarlo.
Quiero estar con mi hermana noche y día. Quiero ser como ella. Quiero aprender de su fuerza y su valentía ante la vida. Quiero poder algún día darle la vida que se merece. Quiero sentir que soy para ella lo que ella es para mí, apoyo, confianza, amor, hermana. Y estar siempre ahí.
Quiero ver que mi abuela día tras día viene a casa, quiero seguir escuchando sus quejas, quiero discutir con ella por la comida o por los platos, o porque si. Quiero darle muchos besos aunque no sea besucona, y quiero que sepa que siempre voy a estar ahí. Como ella lo está para mí.
Mis amigos… quiero saber perdonar, quiero saber comprender, quiero saber tolerar y aceptar quienes y como son. Pero también quiero que aprendan a entenderme, a comprenderme, a tolerarme y quererme tal y como soy. Que no olviden que siempre estoy para lo bueno y para lo malo, que soy su amiga, que los quiero, pero que no soy tonta. Que no soy un muñeco ni un pañuelo. Eso no es amistad.
Me quedan minutos para subir a un avión. Me marcho de viaje unos días. Celebrare mi cumpleaños como dios manda. Comenzare una nueva vida. Caminare a un nuevo sol. Veré un nuevo amanecer y espero sentir como eso me cambia la vida y me hace ver quién soy.
No puedo aferrarme al pasado, pues el pasado siempre se va. Pero puedo cambiar mi presente para mejorar mi futuro y caminar a donde yo quiera caminar.
Hoy comenzare una nueva vida. Mi blog llega a su fin. Con el post 99 y en nada el 100 cerrare una etapa de mi vida. Cerrare una puerta que ya no pienso abrir. Comenzare un nuevo y espero que mejor camino y deseo que a través de mis palabras pueda seguir tocando algún corazón solitario, algún alma perdida o rota, algunos ojos llorosos que no encuentran consuelo, o alguna persona que se sienta sola.
Hoy espero que en mis días siempre salga el sol.

sábado, 16 de noviembre de 2013

No dejes que tu corazon se rinda





Se que no es fácil que te rompan el corazón. Y que esta vez lo hagan con dureza, con dolor. Que te sientas morir cuando te dejan, cuando te abandonan a tu suerte, cuando te dicen adiós.
Se que no es fácil que te levantes de nuevo cuando te han roto el corazón. Se que sientes como tu alma pesa, como notas que el pecho te oprime los pulmones y casi no notas el aire al respirar. Sientes que te ahogas, que te asfixias, y que ya no puedes más.
Te derrumbas, te sientes pequeño e insignificante, y que no quieres vivir más. Que la vida te ha golpeado esta vez con dureza. Y que no entiendes por que. ¿Por qué tu? ¿Por qué a mí?

Llevo una semana de perros. Y no es algo que acostumbre a escribir, pues no iba a ser un mes de mierda, si no más bien iba a ser un buen mes. Noviembre siempre me trae cosas buenas, sentimientos buenos, cosas positivas, momentos inolvidables y gente que me rodea, que me abraza y que me quiere. Noviembre siempre es bueno. Tal vez porque yo nací en este mes o tal vez porque yo lo quise así.
Pero este noviembre es una mierda. Y me niego a escribir el porque. Solo se que quiero que llegue mi cumpleaños, y así empezar a escribir cosas nuevas en este blog. Siento que el mundo de carol, mi mundo, va ha cambiar. Y tengo muchas ganas de ello.

Empecé este post hablando del corazón. Cuando nos lo rompen, cuando nos lo hacen añicos y esparcen nuestros cachitos por la habitación. Cuando sentimos que ya nada lo recompondrá nunca más. Ni habrá nada en el mundo que nos vuelva hacer más feliz. Pero sinceramente, creo que esas cosas nos hacen más fuertes y más valientes.
Hablo del amor, del amor de un novio o una novia, del amor de un amigo, del amor de un ser muy querido o un familiar.
Hablo de cuando una de esas personas nos rompe el corazón y no les importa. Algunas personas no les importan hacernos daño. Entonces piensas, ¿si no me quiere, porque voy a sufrir? Sufrimos porque por naturaleza podemos hacerlo, porque no controlamos nuestros sentimientos, por que sabemos querer. Sufrimos porque forma parte de nosotros. Porque es lo que nos hace ser mas fuertes y mas valientes ante la vida. Porque es el yin y el yang. Porque para ser feliz has de haber sufrido. Porque para saber lo que es querer has de haber perdido.

No es fácil. Claro que no. Pero se por experiencia que igual que te caes, te levantas.

Últimamente echo un vistazo al mundo. A lo que me rodea. Me fijo en mis amigos o en mi familia, y pienso que si los perdiera, me moriría, pero también se que he perdido mucho en estos años, muy buenos amigos y mis seres mas queridos, y aun vivo. Me he muerto un par de veces, no lo voy a negar. He sentido como la vida se me ha escapado de las manos y lo que era morir en vida. Pero también he sabido que en todo túnel oscuro siempre hay una salida, una luz a la que aferrarse con fuerza y luchar.
Lucho cada día por ser feliz, por estar en esta tierra, por disfrutar de cada momento de mi vida.

Mi hermana me dice que siempre escribo cosas tristes, y tiene toda la razón. Se que mi mayor motor a la hora de escribir es la tristeza o los problemas de la vida. La pena, el dolor, un corazón roto. Para mi no hay mayor inspiración que los corazones y las almas rotas. Pero también las personas me inspiran.

Vuelvo a decir que hoy escribo a un corazón roto. Tal vez sea el mío o tal vez hoy no. Si que es cierto que pese a que esta semana es un asco en mi vida, que he tenido más de un palo que no me esperaba, y más de una decepción bastante dolorosa, he sabido ver a las personas con otros ojos. A darme cuenta de lo que tengo y de lo que no. De lo que he perdido y de lo que he ganado. Y me siento afortunada y querida de seguir respirando cada día. De seguir adelante pese a todo con mi vida. De saber una vez mas curarme las heridas, y de no perder la fe en que algún día no muy lejano el mundo y mi vida cambiarán.
Siento que ya cambia, que ante mis ojos he seguido caminando y mi vida va cambiando. A mejor o a peor, eso no lo se, el tiempo lo dirá. Pero si se muy bien es eso, que el tiempo lo dice todo. Que el tiempo es quien te cura las heridas, que te hace recordar lo bueno y olvidar lo malo. Que te permite dejar personas que te hicieron daño en el camino, y así poder volver a caminar.
El tiempo es quien pone a cada uno en su lugar. Y si estamos destinados volveremos a encontrarnos en este camino de la vida.
Y si no es así, siempre nos quedaran los buenos momentos que esas personas nos dejaron.

No hay cura para un corazón roto. Eso ya lo digo yo. Lo descubrí hace unos años y lo he ido viendo con el tiempo. Un corazón roto no necesita tiritas, ni aspirinas para calmar el dolor o curar las heridas. Necesita tiempo. Necesita buena dosis de chocolate y buena compañía. Un corazón roto no puede estar solo en una esquina de una habitación rindiéndose a llorar. No!  Un corazón roto tiene que luchar por volver a juntar cada pedacito, por volver a querer vivir, a querer disfrutar y a sonreírle a la vida!

Ojala pudiera decir que es fácil, pero no lo es. Y aunque el camino a veces sea cuesta arriba, muchas otras veces también es cuesta abajo.
Solo hace falta querer ser salvado, querer ser feliz y listo!. Si tú pones las ganas yo pondré mi mano. La cuestión es no rendirse.

martes, 12 de noviembre de 2013

Levántate y camina




Dame un respiro. O dame un momento. Dámelo para poder pensar con claridad. Para saber que decir o como actuar. Para saber que cara pongo. Para averiguar como me voy a enfrentar al mundo hoy, esta noche, ahora.
Dame un segundo. Déjame que me quede un rato mas sentada. Déjame sentir un poco mas la tristeza dentro de mí, para cuando vaya a levantarme sepa como ser más fuerte ante las adversidades de la vida. Ante ti.

Cierro los ojos y recuerdo aquel día no muy lejano de noviembre, para ser exactos hace una semana, por la noche, con el frío inminente que nos envuelve cuando se marcha la luz del sol. Paseaba por la playa. Observaba el vaivén de las olas. Me dejaba hipnotizar. Sentía como me arrastraban hacia el interior del mar. Y me dejaba llevar.
Sentí la necesidad loca de quitarme las zapatillas. Sentir la arena fría bajo mis pies, introducirlos en el agua lentamente y  percibir como se me helaban poco a poco.
Me sentí tan tontamente libre. Con algo tan simple como eso me sentía volar. Quería volar.
Y eche a correr por la playa. Y eche a gritar a las olas. Sentí la vida. Ese fue el mejor regalo que me pude dar en mucho tiempo.
Por que me sentí vivir. Sentí que el corazón me latía más fuerte, que tenia frío en los pies, que por el cuerpo me recorría lentamente un escalofrío. Y me gusto.
Me sumí en ese pensamiento un largo rato. Sentada en la arena, observando el mundo ante mis ojos. Un mundo al que más de una vez he querido ir a investigar. Un mundo que me esta llamando. Un mundo a donde mis pies quieren ir a caminar.

Y hoy me levante,  y sentía mi cuerpo raro. Descubrí que era por un alma rota. La mía.
La misma que hace unos días, que hace unos meses o que hace unos años. Pero diferente. Más fuerte. Más sabía. Más inteligente.
Aunque a veces un poco tonta por la cantidad de errores que comete. Pero más viva.
Aun no se como recomponerla. Estoy en ello. Lo intento. No pierdo la fe de recuperarla.
Y aunque me siento a ratos rara con esta nueva vida que llevo, o esta nueva forma de verlo todo, siento que me gusta, y que cada vez voy sintiendo mas y mas que me conozco, que se quien soy, y que me adoro.

Algo que siempre hice era protegerme como si fuera mi mejor amiga. Me defiendo a capa y espada. No me importa que la gente me diga cosas, a veces me utilicen, o se aprovechen de mí. Eso me da igual. Aya cada cual con su conciencia. Pero si algo se es que si estoy donde estoy o soy como soy es por todo lo que he conseguido a lo largo de mi vida. Y una de las cosas que mas me hacen sentir orgullo de mi misma, es levantarme cada mañana, abrir los ojos, sentir que aun respiro y dar gracias por que sea así.
Conquistar el mundo con una sonrisa. Y no cansarme de hacerlo. Pensar que las personas aun pueden ser salvadas o que el mundo aun puede ser bueno. Creer. A veces me gusta creer en cosas. En la vida, en el amor, en la amistad, en las personas…
Y se que me llevo muchos chascos. Y se que me joden una y otra vez por todos lados, pero eso ya me da igual. ¿Si mañana me voy a morir que más da?

Me senté en el ordenador y comencé a escribir tras llorar un rato. Me di cuenta de que no tenia ni idea de que escribir. De que a veces me siento totalmente bloqueada y perdida ante la vida o ante una hoja de papel. Pero buscando un poquito bajo la superficie encuentras que hay millones y millones de cosas de las que escribir.
Yo siempre escribo de la vida. Casi siempre es de mi vida. Y otras veces es de las vidas de otros. Pero siempre encuentro que escribir.
Llevo días triste y mal.
Me doy un poco de asco porque no me gusta estar ni ser así. Y me doy cuenta de que eso es bueno, sentir asco. Porque eso quiere decir que me gusta mucho ser feliz.
Pero llevo días escribiendo tristemente. Y no me apetece mas seguir así.
Así que hoy escribiré algo bueno, algo alegre. Acabare el día lo mejor que pueda. Y mañana me levantare como hago cada día, pero me comeré el mundo. Porque quiero hacerlo. Por que puedo. Porque me da la gana. Por que si.

Y tal vez por la noche vuelva a escribir. O tal vez mañana ya no. Solo se que disfrutare del momento. Disfrutare de la vida, de cada segundo de mañana. De cada cosa que me regale el día. Disfrutare porque es así como soy. Es así como se hacer las cosas. Y sonreiré al mundo. Me hartare de sonreírle al mundo hasta que me duela la cara, porque si que es verdad que al mal tiempo se le combate con buena cara.
Y nada de seguir sentado lamentándose de la vida. Nada de seguir llorando en un sofá.
Nada de seguir siendo un debilucho con esto o con lo otro. Porque si no te levantas tu, nadie lo hará.

Hoy ha sido un día muy jodido, no lo voy a negar. Me he llevado unos cuantos palos y unas cuantas ostias bien dadas. Hoy creo que la gente se ha levantado para golpearme una y otra vez y no se han cansado de hacerlo. Y aun despierta tengo un poco de miedo de que todavía quede alguien por golpearme un poquito más.
Pero a pesar de todo, a pesar de que me hayan decepcionado algunas personas, y de que otras me hayan partido el corazón, a pesar de eso, estoy a las 2.40 de la madrugada escribiendo en mi blog y me siento bien. Me siento fuerte. Me siento sabia.
Aunque suene mal decirlo, me resbala. Así de claro. Lo que me han dado hoy. Las ostias que me he llevado pero bien, me resbalan. Y me río. Si! Me río mucho. Estoy ahora mismo riéndome mientras escribo esto, y me gusta. Tal vez me haya vuelto loca ya o tal vez aun haya esperanza para mi, pero me gusta que estas cosas por una vez me resbalen.
No soy el saquito de nadie. Ni el pañuelo de otros. Así que me resbala.
Oídme bien todos los que vais por ahí dando ostias a diestro y siniestro sin importaros nada, a mi me resbala.

Levántate y camina. Eso me digo yo cada mañana. Y eso hago cada día. Porque quedarse sentado no sirve de nada.

lunes, 11 de noviembre de 2013

¿Cómo curar un alma rota?




¿Sabes cuando tienes algo dentro de ti que te duele pero no sabes que es o que solución puedes darle? Así me siento yo. Me despierto cada día con la extraña sensación de que algo me pesa. Y no se que es.
A veces siento que es un corazón roto, pero otras veces despierto y se que no es así. Que mi corazón esta sanote y bien fuerte.
Descubrí que era el alma. Y ahí la gran pregunta ¿Cómo se cura un alma rota?

Las almas son cosa de dios, ¿Verdad? Y si dios no esta, ¿a quien recurrimos?

¿A quien le hablas cuando estas solo?

En mi blog digo que todos tenemos siempre a alguien aunque no lo podamos ver. A veces me gustaría ver a ese ser. Poder tener una conversación normal, que me responda a mis dudas y preguntas. Que me guíe un poquito por esta jodida vida.
A veces no sabemos a donde caminar o hacia donde girar en el camino. O simplemente saber cuando parar de andar. Nos sentimos perdidos y solos. Buscamos una mano a la que agarrarnos con fuerza para poder caminar. Pero no la encontramos. Y nos alejamos cada vez más y más de nuestro camino, hasta que no nos queda otra que volver a empezar.

Volver a empezar… cuantas veces he escrito sobre eso. O cuantas veces lo he realizado en mi vida. Una y otra vez. Cada día un poquito más, cada vez un poco mejor. Y así vuelta a empezar.
Y cansa. La verdad es que cansa que a veces la vida te diga que vuelvas a empezar.

Cada día es una oportunidad para empezar de cero. No hace mucho ese era mi lema. Aun lo sigue siendo. Cada día tenemos la oportunidad de empezar de cero. De volver a subirnos al carro de la vida y hacer porque la vida sea un poquito mejor que ayer.
Tontos son los que hacen que la vida sea peor o más jodida. Tontos son los que no se saben levantar por que no quieren o creen que no pueden.
No existe nada en la vida, a excepción de la muerte, que nos impida vivir, cometer errores, disfrutar, llorar, o hacer lo que queramos hacer.

He tenido la muerte muy de cerca en mi vida. La tengo muy presente. Alguna personas les asusta morir, o a todo el mundo le asusta morir. Es el mayor miedo que pueda tener alguien. Pero lo que no ven es que ese miedo, ese sentimiento o el saber que tarde o temprano moriremos, es lo que nos hace vivir.
Llevo días escribiendo y escribiendo sin poder parar de hacerlo. Sin poder dejar de darle vueltas a mi cabeza. Y escribo cosas tristes, y a veces cosas alegres. Unas son mías y otras son de otros. Pero al final busco el querer decirme algo a mi misma. Aun no se que es. Aun no se que me depara la vida o porque aun sigo respirando.
Aun no se porque cada mañana me despierto, abro los ojos y veo salir el sol. O simplemente miro que esta lloviendo.
Aun no se que hago aquí. Aun no se como he conseguido durante largos años vivir sin ella.
Aun no se porque me jode y mucho que mis amigos sean unos débiles. Que se rindan. Que no luchen teniendo todo lo que tienen. Que no sepan verlo. Que no sepan apreciarlo.
Aun no se si quiera por que muchos de ellos me habla, pero lo hacen.
Y peor aun, no se porque la vida nos hace lo que nos hace.

Hoy no estoy bien, ni tengo ganas de estarlo. Solo quiero escribir y escribir. Rezar para que pase rápido el día. Rezar para que todo esto acabe. Rezar para recuperar mi vida, aunque eso ya sea imposible o inalcanzable.
Una vida que perdí. Una vida que te llevaste.

Aun me pregunto como se puede curar un alma rota.
Si se como se puede curar un corazón, es más fácil, más cercano, más a mano. Pero ¿un alma?

jueves, 7 de noviembre de 2013

En noches como esta...





Terror. Al llegar a casa una noche cualquiera sientes miedo que esa noche sea la noche en la que necesites abrazarla, necesites verla, necesites consuelo, necesites escucharla, y que te deje llorar en sus brazos.
Miedo. Es cuando al llegar a casa sientes que ese vacío que habías dejado al marcharte vuelve a ti, que ahí te estaba esperando en tu habitación como siempre. Y sientes que nunca se ha ido.
Dolor. Es si sientes una angustia y como el corazón te da pinchazos pequeñitos dentro de tu pecho. Como el aire se acaba y no llena ya tus pulmones. Y como intentas buscar consuelo donde ya no lo hayas.

Sentí esas cosas nada mas volver a casa. El terror de que mi madre ya no estuviera en casa, el miedo de que al ver que no estaba, sintiera ese vacío que ella dejo, y el dolor que sentí nada mas descubrir que no me equivocaba, porque ella ya se marcho.

En noches como estas en las que uno se siente solo, en las que el mundo ya no brilla ni tiene tanto color como muchas veces digo que lo tiene, en un mundo algo más gris y frío, siento que la necesito. Que necesito que mi madre me abrace. Que me mime, que me quiera, que me consuele si estoy mal. Que me escuche todos mis problemas. Que me de un beso en la frente y que eso ya fuese suficiente para sentirte fuerte y enfrentarte de nuevo al mundo.

Hay días que te levantas sin saber que te pasara. Días en los que posiblemente triunfes en la vida, o que seas invisible y pases por ella sin ser visto.
Hay días que no te quieres levantar ni salir de la cama, pero lo haces. Y descubres que la vida tenia sentido. Que merecía la pena intentar hacer algo por cambiar las cosas, por seguir adelante.
Pero hasta los más fuertes y los que más luchan y consiguen llegar a casa vencedores, necesitan a sus madres.

Yo hoy necesito a la mía. Lo digo así de claro y sincero. No tengo miedo de abrir mi corazón ni si quiera que me lo dañen, pero… hoy quiero sentir un abrazo de mi madre. Hoy quiero que este sentada aquí a mi lado. Hoy quiero no tener que escribir en mi blog y poder llorar en sus brazos. Hoy quiero sentirme débil, sentirme niña, para que así pueda protegerme con todo su amor.

Pero por mas que buscas no encuentras. Y yo hoy llegue a casa con gran desolación. Ella no esta. No la puedo abrazar. No puedo mirarla si quiera. No puedo pedirla un beso para sentirme fuerte ante la vida, ni un consejo de esos que te dan con tanto amor y sabiduría. No puedo simplemente sentirme protegida, porque ante este mundo hace mucho tiempo que estoy sola y que solo yo me puedo curar las heridas.
A veces quiero llorar y no puedo porque lo que quiero es llorar con ella. Quiero que entre por la puerta de mi habitación y me pregunte, ¿que me pasa? ¿Que tengo? Que se preocupe, y que yo sienta que la he preocupado tanto que ya mis problemas no tengan sentido ni necesidad de existencia, porque quiero que mi madre me vea feliz.

Quiero no llorar cada noche porque no esta conmigo. Llegar a casa y verla en la cocina o en el salón. Sentir el humo de su tabaco por la casa. Escuchar su risa. Su preciosa y sincera risa. Oír su voz. Que me diga que todo pasara. Que el dolor se acabara. Quiero abrazarla una vez más. Solo una vez más. Al menos esta noche. En noches como esta…

domingo, 3 de noviembre de 2013

Escribo para no callar







Escribo a un corazón roto. Hoy escribo a un alma perdida. Escribo a esas personas que a veces sienten y saben que les han robado la vida.

Escribo a modo de protesta, escribo a modo de disgusto. Escribo con mi pesar en la mano izquierda y con la rabio en mi otro puño.

Escribo hasta que las lágrimas cesen. Escribo hasta que la pena se disipe. Escribo hasta que mi rabia y mi odio se desvanezcan y el amor y la humildad se hagan visibles. Ante los ojos de que si hay un dios, el también lo vea. Y miro al cielo, pero no veo nada. Y miro al mundo y solo veo dolor.

Hoy escribo a un ángel que aun no se ha hecho notar. Te escribo a ti que me proteges desde el cielo pero no se en que cielo estas. Te escribo desde lo más hondo de mi ser y mi alma para que hoy me escuches, para que me ayudes, para que me salves otra vez. Para que me des tu mano para caminar, para que me levantes, para que me empujes y me digas que todo pasara.

Escribo a un corazón puro. A un corazón que no esté roto. A un corazón que no conozca dolor alguno. Escribo a un alma inocente. Escribo a los ignorantes y a los mendigos. Escribo a un mundo que aun no se ha unido, hoy escribo para no sentirme sola, para calmar mi dolor, para encontrar auxilio. Para pedir perdón, para ser perdonada, para luchar si hace falta, para decir que no me rindo.

Hoy escribo porque tengo ese don. Porque puedo hacerlo y lo aprovecho, porque puedo decirlo y lo hago, porque aun nadie me ha robado la voz. Por que mis manos son capaces de seguir las palabras que dictan mi alma y mi corazón. Porque quiero que el mundo entero lo sepa, porque quiero que hoy estemos unidos y luchemos alzando los puños al aire y gritando, que hoy podemos, que hoy escribimos nuestra historia. Que hoy se curaran todas las almas heridas, y esos corazones rotos. Que mi alma y la tuya pueden ser amigas, y que si lucho y muero en el intento, tú seguirás mi legado. El legado de aquellos que una vez fueron buenos. Aquellos que se alzaron para luchar por un mundo mejor. Para construirlo y llenarlo otra vez de sueños y esperanzas. Hoy escribo para que no olvidemos que aun somos héroes, que aun podemos hacer algo por nosotros, por nuestro futuro. Por esos corazones rotos, por esas ilusiones perdidas, por esa esperanza desvanecida, por nosotros.

Escribo porque no tengo sueño. Escribo porque no puedo dormir. Escribo porque aun creo en un cielo, porque aun alzo la mirada y veo estrellas, porque aun creo en el ser humano. Porque aun veo personas que son ángeles disfrazados. Porque aun se que en alguna parte alguien sufre igual que yo. Porque sé lo que es estar en ese lado y que nadie lo vea. Porque sé lo que es ser invisible ante los ojos de dios. Hoy escribo porque quiero hacer historia. Escribo con mi alma y mi corazón. Hoy podemos cambiar el mundo. Hoy podemos parar este dolor.