martes, 26 de marzo de 2013

Imposibles...




Regreso a casa tras unos días fuera, miro a mí alrededor, encuentro la misma soledad
Que deje al marcharme.
Me tumbo en la cama, cierro los ojos, y te veo.
Veo tus ojos.
Tu sonrisa.
Tu cara.
Tus manos.
Tus abrazos.
Tus palabras.
Tu risa.
Tu sabiduría.
Veo los recuerdos, lejanos y cercanos.

Me veo cogida de tu mano cuando era pequeña, me veo cogida de tu mano ahora de mayor.
Te miro. Te siento tan cerca.
Veo tus ojos.
Tu sonrisa.
Tu cara.
Tus manos.
Tus abrazos.
Tu risa.
Tu sabiduría.
Veo los recuerdos, tanto lejos como cercanos.

Veo cada momento vivido a tu lado, y cada uno vivido separado de ti.
Veo cada instante de mi vida en el que has estado. Los toco, los anhelo, y los envuelvo para guardarlos de nuevo en mi cajita de cristal. Allá donde los recuerdos que tengo
Son salvados. Donde nadie los pueda robar.

Te veo sentada a mi lado. Te veo tumbada en la cama conmigo. Te veo paseando por el parque cogidas de la mano.
Te veo sonreír. Te veo llorar. Te veo vivir y te veo morir.

Te veo sentado a mi lado. Te veo echándonos unas risas. Te veo tocando la guitarra.
Te veo sonreír. Te veo tener miedo. Te veo vivir cada minuto de tu vida. Te veo marchar.

Y abro los ojos. Y siento que cada rincón de mi piel, cada pedazo de mi alma, solo desea una cosa, cosas imposibles, cosas que no veré nunca mas, que no sentiré, que no viviré. Pedazos de mi que se rompen, que se van. Y solo me queda seguir. Seguir hacia un mundo en el que ninguno estaréis más.

Imposible… imposible…pensé que nada nunca seria imposible. Que las cosas son difíciles, pero no hay imposibles… ahora…parece toda una realidad.

Me tumbo en la cama, cierro los ojos, y te veo.
Veo tus ojos.
Tu sonrisa.
Tu cara.
Tus manos.
Tus abrazos.
Tus palabras.
Tu risa.
Tu sabiduría.
Veo los recuerdos, lejanos y cercanos.

sábado, 9 de marzo de 2013

Hasta pronto compañero!





Cierro los ojos. Son las 6 de la mañana. Entro en la sala 15 del tanatorio M40. Te miro.
Hace casi 12 horas que te fuiste. 12 horas que han sido intensas, llenas de dolor, de lagrimas, de emociones, de recuerdos, de historias, de sonrisas, de agradecimientos, y de te quieros.
Unos te quieros que tal vez lleguen tarde, unos te quieros que ya no serán escuchados, unos te quieros que te abrazan, que te acompañan, que te acarician por ultima vez y que te arropan.
Son las 6 de la mañana. Te miro. Te observo. Estoy aquí como hace una semana, como hace un mes. Y te hablo aunque se que ya no me oyes. Te miro aunque se que ya no me ves.
Y recuerdo tus últimos momentos. Yo cogiéndote de la mano, susurrándote al oído que todo ira bien. Que te queremos, que te adoramos, que estamos contigo a tu lado, y que no te soltare de la mano hasta que no te marches.
Sin miedo, sin pesar, comenzaste a caminar sin mirar atrás a una vida que te esperaba, porque todos sabemos que tú nunca morirás.

Son las 6 de la mañana. Hace casi 12 horas que te fuiste. Hace casi un instante que te estaba viendo sonreír, siendo feliz, echándole morro a la vida, sobreviviendo, resurgiendo una y otra vez, mirando a tu atlético ganar, tocando la guitarra como solo tu sabes, jugando con todas tus sobrinas, echándote unas risas con todos tus sobrinos.
Preparando esas vacaciones con tu hermana y tu amigo de toda la vida, diciendo a tus hijas una y otra vez que son tus preferidas, o sintiéndote orgulloso de que tu hijo se dedique a la música.

Hace un instante estabas ahí sentado prometiendo paellas y vacaciones a diestro y siniestro. Diciendo hoy no, mañana me cortare el pelo. Vistiendo con orgullo tus tatuajes. Presumiendo de unos hijos que te quieren y te admiran por tu coraje con la vida. Hablando siempre bien de la única mujer a la que amaste, y disfrutando de la vida como solo tú sabes.

Se de dos cosas que hoy puedo contar aquí de las que te dije en una de nuestras muchas conversaciones de esta ultima semana.
La primera que envidiaba tu vida porque siempre hiciste lo que querías y lo que te daba la gana y es algo que siempre admirare.
La segunda que si te ibas, te irías con la persona que más quiero en este mundo y que tú siempre amaste.
Y tanto por una cosa o por otra debías de sentirte feliz.

Habrá paellas que se harán, y no estarás. Habrá mil vacaciones a las que se irán y tu no podrás, pero se que cada uno de los que te queremos y apreciamos y que te llevamos en nuestro corazón hará eso por ti, por que tu nunca morirás.

Ve, descansa, sonríe, coge tus alas, y protégenos siempre, porque ahora eres una nueva luz que brilla en el cielo, eres una estrella mas.

Te quiero, te queremos, por siempre y para siempre.

jueves, 7 de marzo de 2013

Para ti Papá.





Si pudiera dirigirme a todos los presentes en mi funeral,
Querría decirles que no lloren,
Que yo ya no siento más.

Si pudiera dirigirme a todos los que han estado en mi vida presente,
Querría decirles que sigamos,
Porque la vida no se detiene.

Si pudiera dirigirme a todos los que me han abandonado,
Querría decirles que no les odio,
Porque la vida misma me ha enseñado a ser bondadoso.

Si pudiera dirigirme a todos los que me han querido,
Querría cogerles de la mano,
Y que me llevaran por el camino.

Si pudiera dirigirme a todos los que en mi lecho han estado,
Querría decirles tantas cosas,
Pero ya me las he olvidado.

Si pudiera dirigirme a mis hijos,
Querría decirles que les quiero,
Que una parte de ellos se va conmigo.

Si pudiera volver a ver tus ojos al llegar al cielo,
Cogería mis alas y
Volaríamos juntos de nuevo.

Si pudiera dirigirme al mundo entero,
Cogería mi guitarra,
Y cantando os diría que hasta luego!


Carolina Mejias.

martes, 5 de marzo de 2013

Siempre hay esperanza





Miro la hoja en blanco, observo el papel durante un rato y comienzo a escribir. Escribo frases y más frases.
Frases que al final son borradas, porque ninguna de ellas me lleva a ti. Hasta esa cama donde estas tumbado, hasta esas cuatro paredes del hospital en el que estoy cada día observando, esperando, rezando, porque vuelvas a abrir los ojos, porque vuelvas a decirme algo. Porque me vuelvas a pedir un vasito de agua y yo te diga que te levantes tu a por el porque las piernas aun no te fallan.

Miro la hoja de papel y pienso que si algo pudiera hacerse real por una vez de lo que escribo, querría que  fuera que hoy te curaras, y salieras de todo esto vivo.
Escribo con la necesidad de poder decir bien alto que aquí aun sigo. Que estoy contigo, que no te dejo, que no me marcho.

Aguanto las lágrimas cuando te veo, lágrimas que no pueden salir, lagrimas que no te curaran, o que no te harán más feliz.
Aguanto a los pies de tu cama y te hablo. Te cuento todo lo que esta pasando a tu alrededor, te cuento una vida que se que quieres y aun no has perdido, te cuento millones de cosas que posiblemente antes nunca te hubiera dicho, y rezo. De alguna manera se que rezo porque ya no creo en dios, pero rezo, rezo a los médicos, rezo a las enfermeras, rezo al día a día para que no sea el ultimo, para que no nos digas adiós.

Y busco fuerzas, busco en lo mas profundo de mi alma algo a lo que agarrarme, algo que me diga que todo ira bien.
Busco una luz, una esperanza, un sentido a todo esto.
Pero al final me enfado, cuando acaba el día y llega la noche, me enfado, me enfado porque nada a sucedido aun, porque sigues ahí un día mas y todo sigue exactamente igual que los días pasados.
Y ya me he cansado de que no haya esperanza por ninguna parte, de que no nos hagan ver que hay una pequeña luz  a la que mirar y aferrarse.

Me quedo a tu lado, en la cama, observándote, hablándote de lo que esta pasando a tu alrededor y te cuento muchas cosas, cosas que antes nunca te habría contado. Y te cojo de la mano, y te digo cuanto te quiero y cuanto me importas. Y por algún extraño momento del día creo ver que tú me contestas. Que seguirás aquí luchando como te he pedido que hagas. Que seguirás aquí intentando vivir un día más porque así lo quieres.
Y yo rezo porque vuelvas a abrir los ojos.