sábado, 8 de agosto de 2015

Respirar




Vale, se que no soy perfecta, ni mucho menos un ejemplo a seguir. Dios! No! Pero, se que tengo algo especial que me diferencia del resto del mundo.
A veces creo que es algo horrible y otras creo que es una bendición.
Últimamente me he ido dando cuenta de que estoy rodeada de mucha gente que esta muy amargada en la vida sin tener a penas un problema de verdad.
La vida no consiste en que me voy a poner mañana, o se me ha roto una uña y ya no se como voy a sobrevivir a eso. La vida es algo más. Si no, ¿Por qué vivimos?

Mi hermana siempre dijo de mí que era una persona muy pesimista y triste. Y en parte tiene razón. Lo soy. Al menos a la hora de escribir porque si os paráis a leer mi blog profundamente parece que es una oda a mi madre muerta o a la pena y el dolor que uno siente tras la perdida. Pero no es así. En verdad escribo para sentirme mejor. Para dejar que eso que me atormenta y no se como explicar de otra forma, salga de mi. Así que empiezo a escribir y a escribir y casi siempre, lo que plasmo en mis palabras es tristeza.

Otras veces me despierto inspirada por la vida y consigo escribir algo que merezca la pena leer.

Hace unas semanas tuve un accidente. Pensé que no iba a escribir sobre ello, pero cuanto mas lo retraso y mas intento no pensar en lo sucedido, no puedo dejar de tenerlo rondando en mi cabeza una y otra vez.
La gente piensa que estoy bien. No he dejado ni un solo momento de escuchar que es una suerte que este viva y que debo dar gracias por ello. Que he vuelto a nacer, y esas mierdas que se dicen en momentos como esos.
Pero la verdad es que me importa bien poco si he vuelto a nacer o no. Mi vida sigue siendo la misma. Sin coche, pero la misma.
Así que pienso ¿Tengo que dar un vuelco a mi vida por que casi me muero? ¿Y que pasa si justamente estaba ya haciendo eso? ¿Qué pasa si había comenzado a vivir nuevamente? ¿Qué pasa si iba por el buen camino y tenia un plan?
Pues pasa que ese plan se fue a la mierda en el momento que tuve un accidente. Así de simple.
Y toca volver  a empezar.
Dios! Esa frase me perseguirá toda la vida.
Volver a empezar. ¿Qué significa? ¿Qué quiere decir exactamente? ¿Qué tengo que olvidarme de todo lo que hice, pasar pagina y empezar de cero?
Es cierto que cada día es una oportunidad para empezar de cero, pero ¿hasta que punto?

Pues bien, a lo que iba, tuve un accidente, y no vi mi vida pasar ante mis ojos. Lo que vi era el coche dando vueltas y mas vueltas por la carretera, mientras me chocaba contra el quita miedos, y quedaba a escasos metros de un camión el cual freno de puro milagro.
Baje del coche y lo único que pude pensar en ese momento fue ¿Dónde esta mi rueda trasera?
Cosas de shock señores, pero en verdad mi vida se redujo a eso, a donde estaba mi rueda, porque estaba bien, estaba viva, estaba respirando otra vez, pero sin una rueda y con el coche rayado y mi cuerpo dolorido por el impacto del golpe. Pero estaba viva.

Ahora tengo que decir que pase unos días estupendos recuperándome en la playa. No hay nada mejor que el sol para sanar las heridas y no las superficiales, si no las del alma.
Sentí que mi corazón necesitaba una nueva inyección de vida. Una buena. De esas que te causen ganas de volver a vivir, de gritar, de reír, de llorar, de saltar y ¿por que no? De bailar.

La vida son dos días. Eso dicen y nosotros que nos creemos inmortales no lo sabemos apreciar.
No he cambiado mi perspectiva de la vida porque haya tenido un accidente, sigo pensando igual, lo gracioso es que yo siempre valore que la vida eran dos días, y por eso al bajar del coche lo único que pensé fue que no tenía rueda.
Por eso digo que yo sigo apreciando igualmente la vida.
Cada segundo, cada momento, cada instante es un regalo que muchos otros ya no podrán apreciar o que muchos otros no saben valorar.
Cada día que pasa es un día perdido si no haces por que merezca la pena.
Hace tiempo creo haber escrito eso mismo. Como cosa de dos años o más. Y hoy vuelvo a pensar y sentir lo mismo.

Cada día no vivido es un día perdido.

Viaja. Si, viaja. O sal a la calle si no tienes la suerte económica de poder viajar. Sal a pasear, a observar la ciudad por la que tantas veces caminas y nunca te paras a mirar lo que hay a tu alrededor. Respira, por que así aliviaras mejor tu dolor. Y siente como el oxigeno entra en tus pulmones. ¿Lo sientes? Eso es porque estas vivo y aun puedes hacer algo con tu vida.
Yo anoche salí a la calle. Disfrute de un concierto algo diferente, acabe en un bar con desconocidos a los que había escuchado tocar en directo minutos antes, y en pleno bar lleno de gente ni cortos ni perezosos nos pusimos a cantar y a reír. Y son esos momentos tan únicos, los que sientes que hoy ha merecido la pena volver a vivir.

sábado, 6 de junio de 2015

Feliz Cumpleaños Hermano!





Siempre hablo de mis padres, concretamente de mi madre. No hay día que no los piense, los sienta, o los eche de menos. Siempre digo que no es fácil vivir, y que uno no sabe como hacerlo cuando ha perdido lo que mas ama en el mundo.
Se te queda tal agujero en el corazón y el alma que no es posible llenarlo con nada. Ni es posible sentirse completamente feliz.

Pero me he ido centrando más y más en mis hermanos. Viendo que son lo único que me queda en esta vida. Que es lo mas bonito que mis padres me han dado y me han podido dejar como legado.

Hoy es el cumpleaños de uno de ellos. Mi hermano mayor.
Todo el que tiene un hermano mayor alguna vez lo ha admirado o ha querido ser como el.
Cuando eres pequeño lo miras, lo observas y lo crees tu héroe o algo así.
A mi eso no me ha pasado nunca. Lo he visto siempre como alguien desconocido, distante, lejano. Lo he tenido muchos años lejos, supongo que por diferencia de edad, por motivos de la vida y circunstancias.
Pero son mismamente esas cosas, las circunstancias de la vida, las que me ha hecho conocerlo, sentirlo cerca, aceptarlo, y quererlo.
Hoy es su cumpleaños. Nunca escribo para el ni por el. Siempre escribo por mis hermanos en conjunto, pero no he tenido el detalle de dedicarle una parte de mi blog, un momento de mi vida o un instante de inspiración.

Tengo que empezar por decir y dejar constancia aquí para toda la eternidad, que lo primero que aprecie de el y me hizo sentir que era un hermano fue aquella vez que de pequeña compartía habitación con el. Por las noches cuando me metía en la cama el entraba en la habitación, cogía su guitarra y se ponía a tocar. Nunca he olvidado esas noches con el sonido de guitarra de fondo en mis sueños.
Y tal vez el no lo recuerde. O tal vez el no crea que yo lo pueda recordar.
A mi hermana y a mi en noches de verano, tan calurosas como son en Madrid, el nos abanicaba.
Era curioso, porque teníamos tan poco en la vida y éramos tan felices… No necesitábamos nada más que nuestra simple compañía para hacer de esos detalles tan pequeños, grandiosos.

Recuerdo cuando Krom (nuestro perro, nuestro hermano) llego a casa. Lo trajo el. Se le metió en la cabeza trabajar todo un verano para comprarse un perro. Y así lo hizo.
Creo que es lo mas bonito que ha hecho nunca por mi sin darse cuenta. Darme un amigo, un compañero con quien compartir mil aventuras. Nunca podré agradecerle tanto por ello. Me cambio la vida o más bien, me dio una vida.

Y han pasado los años, hemos pasado mil cosas. Muchas buenas y muchísimas malas. Hemos perdido a nuestros padres, y hemos sobrevivido con la cabeza alta a mil cosas más.
Ahora cumplimos nuestros sueños, y hacemos de ellos una realidad.
Es ahí donde quiero expresarme con más ganas. En los sueños.
El es una persona única. Tiene un don especial. Nadie lo enseño a cantar y canta.
Nadie se lo puso fácil para triunfar, y triunfa. Nadie le apoyo en su día y aun así siempre creyó que lo conseguiría, y así ha sido.
El sin darse me cuenta me enseño que los sueños muchas veces si queremos, si lo intentamos, si no desistimos, se pueden hacer realidad.

A veces no se da cuenta de lo fuerte o valiente que es. No es fácil y siempre lo digo levantarte con un peso tan grande que te encoge el corazón y el alma, y sonreír a la vida.
Estar con una actitud positiva ante los demás. Subirte a un escenario aunque ese día estés hecho una mierda, aunque hayas enterrado a tu padre hace cinco días, aunque tú hermana este lejos, aunque tengas que cuidar de tu familia.
No es fácil subirse a un escenario y darlo todo para que unos cien o miles de personas se lo pasen bien y olviden sus tristezas, sus penas, su mal día o lo que sea, por unas horas, un instante, una noche.

Y verlo cada vez que se sube a un escenario para mí es orgullo de hermana.
Lo miro siempre y solo puedo pensar en cuanto querrían ver eso mis padres.
Ellos eran sus mayores fans.
Lo miraban con tanta admiración… Estoy muy segura de que hoy lo querrías ver actuando en sitios como Las Ventas, o el Santiago Bernabeu. Y que digo si eso lo hace ya!
 Así que supongo que desearías también que cada vez que se sube a un escenario no deje de ser feliz ese instante. De sentirse lleno con lo que hace. De disfrutar de cada concierto como ellos lo harían entre el publico. Lo irían a ver una y otra vez.
Como ya dije, eran sus mayores fans.
Pero mi Padre…ese hombre tan especial y que hizo posible que mi hermano, el ahora artista, se dedique a esto como se dedica.
Le regalo su primera guitarra y le regalo la última en vida.
Siempre admiro y envidio lo que el hacia. Hizo de un sueño familiar una realidad.
Y es que en esta familia somos todos artistas, de alguna manera u otra, pero lo somos.

Yo doy gracias por haberle podido conocer mejor. Como ya dije las circunstancias de la vida hicieron que eso fuera posible.
Lo admiro, nunca pensé que iba a decir esto, y aquí lo dejaré escrito por la eternidad, pero es así. Lo admiro. Admiro la persona que se ha convertido y quien quiere ser cada día.
Admiro que no se rinda. Le animo a que nunca lo haga. No puedes dejar tus sueños, no puedes tirar la toalla. Se que el mundo es cruel a veces, que las personas son  malas o egoístas, pero uno nunca debe renunciar a sus sueños porque la gente sea mala.
Admiro que quieras vivir cada día, que hagas por hacerlo, por disfrutar el que mas, por comprarme una televisión gigantesca jajaajaja, por estar como a veces has estado ahí.

Gracias por todas esas noches de conciertos que con mi cámara me has dejado plasmar. Gracias por esos momentos únicos entre bastidores, por esos amaneceres que hemos visto desde el coche, por esas cenas a las 5 de la mañana en un mcdonalds 24h, por esas risas que consigues sacarme con tus gilipolleces, por Krom…por las noches de guitarra y abanicos, por los conciertos de los Backstreet Boys y One Republic, por creer en mi cuando nadie mas lo hizo. Por ser mí hermano aunque no seas perfecto.

No podría regalarte nada más que este momento y aun así sería insuficiente porque te mereces más. Pero la vida se basa de pequeños detalles que muchas veces llenan más que los detalles grandes.

No dejes que nadie pise tus sueños y que nadie decida por ti. No dejes que nadie apague tu luz o tu sonrisa. Desde el cielo hay dos angeles que nos cuidan, y como tu me dijiste no hace mucho, hay dos personas por las que debemos ser feliz.
Te quiero mucho y deseo de corazón poder escucharte más noches cantar durante muchos años más!
Feliz Cumpleaños hermano, feliz cumpleaños artista.

sábado, 2 de mayo de 2015

Cuando ya no puedes más...



Intento escribir pero no puedo, es difícil hacerlo cuando las lagrimas no dejan de caer por tus mejillas y no te dejan ver con claridad lo que pasa a tu alrededor.
Y lloras cuando nadie te ve. Y gritas cuando crees que nadie te oye. Y te sientes sola, porque es así como estas en una fría noche cualquiera. Y sufres, porque ya no puedes más. Por que no puedes levantarte para enfrentarte al mundo un día más.
Y te cansas, te agotas, te detienes, caes, y lloras.

No puedes parar de llorar. Te prometiste a ti misma no volver hacerlo durante mucho tiempo. Que no habría más noches llenas de lágrimas porque así no lo querrían tus padres muertos, pero lloras. Lloras por ellos. Lloras por tu familia, lloras por los amigos, lloras por que ya no puedes más. Porque te cansas. Porque la gente ha llegado a tal punto de agotarte que ya no aguantas mas. No encuentras salida. Te saturas. Explotas. Y quieres gritar pero no puedes, la voz no te sale. Y las lágrimas no dejan de caer por tus mejillas. Los ojos, ya rojos, te escuecen. Y sientes que el pecho ya no puede respirar más. Que no entra aire en tus pulmones. Que la vida por un instante se detiene ante tus ojos.

Y en vez de asustarte ante la idea de que hoy, justamente hoy, pudieras morir, en vez de tener miedo a tu último aliento de vida, te crea paz. Sientes que te da igual. Estas tan cansada para seguir caminando, para seguir llorando un día mas a solas. Para guardarte esta soledad o este dolor en tu roto corazón, que ya todo te da igual.
Te da igual la gente. Te da igual los sueños que aun quedan por cumplir. Te da igual no haberte enamorado nunca. Te da igual dejar de reír. Te da igual todo, porque dejarás de sufrir.

No puedes parar de llorar. Te prometiste que no lo harías, no al menos en mucho tiempo. No al menos sin motivo alguno. No al menos porque si.
Prometiste que no lo harías, y el día te ha superado.
Las personas te han superado.
Y solo quieres gritar “Iros a la mierda todos”, pero no puedes, porque no eres así, no eres de esas personas que mandan a la mierda a la gente a la primera de cambio. No eres de esas personas que dejan a un amigo tirado cuando te necesitan aunque tú ya no puedas más con la vida, por que acabas de enterrar a tu padre o a tu madre, o a tu hermano. No eres de esas personas que tiran la toalla con la gente cuando tú ya no puedes más.

Pero hoy estas cansada. Hoy la vida te ha superado. Hoy ya no aguantas más. Hoy es un día de esos en los que si te murieras no te importaría. No te dolería irte. Descansar.
Y hay quien dirá que aun eres joven. Que aun tienes la vida por delante. Que aun te ha de quedar muchas cosas por vivir. Pero ya las has vivido todas. Cada cosa que has querido hacer lo has hecho. Cada cosa con la que has soñado, la has cumplido.
Y aun así, aun teniendo esa suerte, aun sabiendo que por mucho que te ha puteado la vida, has conseguido mucho más de lo que la gente esperaba que fueras a conseguir, aun así, este dolor no se apaga. No se puede apagar. No existe nada en el mundo que apague el dolor. No hay medicina milagrosa para ello. No hay una pócima mágica, o una simple tirita para mitigar este dolor.

A veces la vida te supera. A veces ya no puedes respirar, ni quieres hacerlo. A veces sueñas con que no te despertaras mañana y por fin descansaras en paz. A veces sueñas con volver a tocar sus manos. Con que volverás a recuperar la vida que Dios te ha quitado.
A veces tienes la esperanza y la fe de que este dolor se acabará. Que mañana dolerá menos. Que ya no sentirás nada. Que todo te dará igual. Pero no se acaba. Y la vida a veces te cansa.
También tienes derecho a llorar. A sentirte mal. A ser persona. A rendirte. A no querer levantarte de la cama. A no querer hoy reír un poco. Tienes derecho a sufrir como el que más. A regocijarte en tu mierda tanto tiempo como te de la gana. Tienes derecho a explotar. A veces, cuando lo haces, vuelves a respirar. Aunque el dolor no se va. Y ya sabes que nunca se irá.

martes, 21 de abril de 2015

Que nadie te diga como has de vivir




¿Como comenzar a escribir sin decir que “te echo de menos”?
Es duro, lo se. Pero mas duro es levantarme cada mañana y
saber que no estas a mi lado.
Aunque el sol brille en lo alto del cielo, y la gente pasee
sonriente por las calles, mi corazón esta roto, porque tu un día mas no estas aquí.
Y es difícil sentarse frente al teclado o a un papel y no
comenzar a escribir que te echo de menos cuando lo que quiero decir es eso
precisamente.

Hay tantos vacíos en mi interior que son muchas personas en
mi vida a las que tengo que decir que echo de menos.
Sus huecos nada lo llenan y estoy totalmente segura de que
nunca serán ocupados.
Por que una persona conquista parte de nuestro corazón o de
nuestra alma. Una persona puede darnos mucho, pero también quitárnoslo.
A veces escribo sobre eso precisamente. Lo que tengo y lo
que no. Lo que mis padres me dieron o lo que ellos me quitaron.

Últimamente la vida me ha sorprendido gratamente. Me han
pasado tantas cosas buenas en tan poco tiempo que aun ni me lo creo.
A veces miro la foto de mi madre y la digo en silencio “se
que has sido tu, que tu estas detrás de todo esto”, porque se que es mi ángel
de la guarda, mi protectora.
A veces creo que simplemente ha sido cosa de la  suerte. Esa divina suerte que siempre me
encuentra porque por una extraño razón le he caído bien y a veces se acuerda de
que existo y decide concederme un deseo una vez cada siete años.
Creo que este año era el séptimo desde hace tiempo y ha
venido a mi y me ha dicho “aquí tienes, vamos a darte un poquito de suerte en
eso que haces llamado fotografía”, y aquí estoy, llena de momentos únicos en mi
vida guardados en carpetas en mis discos duros, esperando a salir a la luz para
que todo el mundo pueda ver las cosas tan bonitas que a veces hago con mi cámara.

No me voy a quejar. La verdad es que desde hace unos pocos
años ya no lo hago. No me quejo de nada, porque si me quejara no me parecería
justo hacerlo sabiendo que hay gente que tiene menos que yo.
Pero si que puedo estar agradecida. No dejo de estarlo últimamente
y parece que eso me llena mucho mas que el quejarme.
Me hace sentir mejor. Más llena, más feliz, mas contenta. Y pienso
que es algo que debería de hacer más la gente. Menos quejarse y más agradecer.

A veces tenemos a nuestro alcance cosas que otros no tienen
y no sabemos verlo o valorarlo hasta que lo perdemos.
No entiendo ni nunca entenderé porque el ser humano hace eso.
Porque no agradece cuanto tiene aunque sea poco
y sin embargo siempre se esta quejando una y otra vez. Porque el ser humano no
sabe valorar lo que tiene. No sabe disfrutarlo, saborearlo y vivirlo como debería,
pero si pierde el tiempo de su vida (como si fuéramos inmortales y pudiéramos
permitirnos perder el tiempo así tontamente), en cosas que no valen la pena, en
quejas que no llegan nunca a ninguna parte.
Una vez leí que si invirtiéramos el tiempo de nuestra vida
en disfrutar y no en quejarnos, ganaríamos más en calidad de vida. Y es cierto.
Hace algún tiempo lo he puesto en práctica y me siento feliz y dichosa.
Ahora voy al trabajo (cual sea y donde sea) con una sonrisa
en la cara. Aunque me pase 15 horas de pie (y no exagero en lo de las horas),
lo paso feliz, lo paso contenta, porque si he de invertir ese tiempo de mi vida
en el trabajo cada día no querría invertirlo en estar enfadada o triste con la
vida.

También es cierto que si mi trabajo es de fotógrafa y es
algo que me gusta, es normal que lo haga contenta. Supongo que no pensaría
igual si me dedicara a otra cosa que no me llenara, pero aun así, intentaría
sacar de ello algo bueno, algo mejor. Porque la vida no espera a que queramos
vivirla.
No te levantas un día y dices ahora voy a vivir y es posible
que en unas horas te mueras y todo el tiempo que perdiste hasta el día de hoy
haya sido para nada.
Vive el momento cada día, pues nadie te asegura que habrá un
mañana. Y lo digo en serio, hazlo porque quedándote tirado en la cama no sirve
de nada.

Hace tiempo que no escribo sobre las cosas que me pasan. No ha
sido un mes fácil, tampoco un año alegre. Ni una vida cojonuda.
Todo sigue siendo cuesta arriba, y cada día sigue pesando más
y más. A veces tienes días buenos, pero otras veces no lo son tanto.
Las penas no se van solas ni nadie te las quita. Y pasearte
con una sonrisa de oreja a oreja por el mundo no es fácil.
A veces la gente ni se imagina al verte que tras esa cara se
esconda una persona que ha sufrido tanto en la vida.
Y me alegro de ello, porque si por algo sonrío es por
contagiar un poquito de alegría al mundo. Demasiadas caras largas veo cada día.
Y ver como mi sonrisa se les pega uno por uno es una bendición. Le hace a una
sentir mejor. Merece un poquito mas la pena levantarse cada mañana.

No puedo dejar de perseguir mis sueños, aunque aun no se
cuales son. Pero veo cada día a muchas personas que los persiguen sin cesar,
que no se rinden o que si lo hacen y pienso en cuanto ha de ser uno fuerte para
conseguir hacer sus sueños realidad.
A veces escucho a la gente que quiero cuanto cansados están
de tirar de una cuerda o de un carro que no se mueve, que no va a ninguna
parte. Les siento y les veo frustrados, y me da rabia, me da coraje, porque
tienen las puertas del cielo ante sus manos y no pueden llegar a tocarlas por
muchos ingratos.
Hoy di un consejo muy bueno, uno que me dio mi madre y es
que nunca debes de renunciar a tus sueños. Nunca dejes que nadie te diga lo que
debes o tienes que ser, pues puedes ser lo que tú quieras mientras eso te haga
feliz.
Así era ella y así quiero ser yo.
Los sueños son los que hacen a las personas fuertes,
valientes, con ganas de vida.
Si alguien viene con la intención de pisotear cuanto has
conseguido o con la intención de hacerte sentir menos, o que no vales, mándalo
a la mierda. Así sin más. Aunque suene feo, aunque suene mal, pero es la
verdad, tan fácil como mandar a la mierda a mas de uno.
¿Para que quieres en tu vida gente que no te aporta nada más
que mierda? Pues para nada, para mandarles bien lejos y que no vuelvan.

Bastante jodida es la vida ya, como para que el resto del
mundo nos la quieran complicar.
Yo ya no me detengo ante nada porque ya me he cansado de
sufrir y de llorar.
Siempre digo que hay que salir a comerse el mundo y aunque
vuelvas a casa habiéndote comido un donuts o una galleta habrá merecido la pena
si vuelves con una sonrisa de oreja a oreja. Porque la vida no espera a que tú
quieras ser feliz, hazlo ahora. Disfruta cada segundo, cada momento, cada
instante de tu vida y se feliz. No cuesta tanto. Solo has de quererlo.

sábado, 7 de marzo de 2015

Otro año mas sin vosotros, pero otro año mas a vuestro lado



Necesito no escribir que hoy quiero morir. Que quiero dejar mis alas a un lado y tirarme al vacío. No poder volar. No poder escapar. Morir. Morir lentamente, mientras me dejo caer en esta oscura espiral.
La gente no se da cuenta de cuantas veces podemos sufrir al día. Cuantas veces nos levantamos de la cama y pensamos “Esto es todo lo que me puede dar la vida?” “Esto es todo lo que voy a sentir para siempre?”

Y quieres huir. Quieres salir corriendo por la puerta y cerrarla bien fuerte tras de ti para que nada ni nadie te hagan volver. Pero te das cuenta, que por muy lejos que estés, los recuerdos y los sentimientos siempre te persiguen.
Te levantas en tu cama, o en una cama extraña. En tu cama de toda la vida, o en una al otro lado del mundo, y aun así te sientes pequeño, insignificante. Te duele ahí dentro. Te pincha el corazón. Intentas levantarte, pero hoy ya no puedes porque ese dolor no se puede apagar con un interruptor.

Cuantas veces te has secado los ojos llenos de lágrimas, lagrimas por pena, tristeza, dolor. Ausencia que se va llenando cada vez más y más de recuerdos ya vividos, recuerdos ya pasados. De personas que se marchan sin decir adiós, o personas que no quisieron jamás soltarte la mano y lo hicieron.
Cuantas veces has sentido que mientras sigas vivo ese dolor jamás desaparecerá. Y el mundo se te hace añicos frente a ti. Caes en una espiral una y otra vez. Intentas levantarte y no puedes. No encuentras una mano a la que aferrarte fuertemente, y te das cuenta que otra vez, estas solo.
Y pasaran dos años, o veinte, y seguirá siempre ese dolor.

Podría escribir millones de sensaciones que ahora mismo se me pasan por la cabeza. Historias que recordar, momentos que hemos vivido. Pero el final siempre es el mismo, el de que tú ya no estas.
No me imagino una vida sin vosotros, o eso diría hoy, aquí. En el aniversario de tu muerte. Hoy hablaría de mi padre, de mi madre. Hoy hablaría de ese dolor que me causa no tenerles. Hoy le contaría a aquellos que no saben o no entienden, que valientes son aquellas personas que aun cuando sus corazones lloran, sonríen a la gente.

Hoy escribiría sin parar lo triste que es una vida rodeada de muerte. El vacío que se queda en tu 
interior. Ese hueco que nadie en el mundo llenara. Esa sensación un día sí y otro también de que te falta algo. Esa cara de idiota que se te queda muchas veces al pensar que al llegar a casa te encontraras a tu madre sonriente. O que el día de tu cumpleaños tu padre te escribirá cuanto te quiere. Pero nunca sucede.
Hoy escribiría todo eso y mucho más. Pero hoy es un día triste para recordar. Recordar a una persona que pienso en el cada día. Mi padre. Jamás he conocido a alguien que supiera reír tanto a la vida, aunque esta le diera una y otra vez mil golpes. Jamás he conocido a alguien que no se enfadara por tonterías.  Jamás he conocido a nadie que tuviera el humor que el siempre tenía.

Hoy escribo a mis hermanos. Ellos son mis pilares en esta vida. No tengo nada más. Mi padre me enseño que se podía vivir con muy poco. Le doy la razón. He aprendido en estos dos años que aunque me sienta triste porque mis padres no están, soy la persona más afortunada del mundo por tener los hermanos que tengo.
 Son…especiales. Tienen una manera de ser única, así como la tenían mis padres. Pero les quiero. Doy gracias a la vida por no haberme tirado por una ventana hace tantos años, meses, días. Doy gracias a la vida por encontrar fuerzas de donde no las hay por seguir respirando y así poder disfrutar de ellos un poco más.
Por qué si mañana muriera, haría todo lo posible, aunque me pasara una eternidad, por volver a nacer en esta misma familia.
Hoy no debería de ser un día triste, pero lo es. No puedes evitar sentirte solo, sentirte dolido, sentirte apenado o roto. Pero si levantas la cabeza y miras dentro de ti, tal vez encuentres una luz a tu oscuridad.

La mía son mis hermanos. Le doy gracias a mis padres, por ellos. Porque si se caen, yo siempre les daré mi mano. Por que si me necesitan, yo siempre estaré ahí. Por que si se pierden, yo les guiaré a casa. Y por que si se sienten solos, yo siempre les acompañaré, como mis padres me enseñaron a hacer.